TSAI MING-LIANG EN MADRID - De soledad y sandías | Jesús Palacios

Durante los meses de septiembre y octubre, gracias a la colaboración entre el Ministerio de Cultura de Taiwán, la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en España, el Spain Moving Images Festival (SMIF) y a la excelente labor de Filmoteca Española, esta última proyectará en su sede de Madrid, en el Cine Doré (Santa Isabel, 3), la retrospectiva más completa jamás vista en nuestro país dedicada al cineasta Tsai Ming-liang, sin duda, una de las figuras más singulares e interesantes del panorama cinematográfico asiático y mundial de las últimas décadas. 

Puede parecer exagerado sugerir que Tsai Ming-liang es el más interesante de los cineastas surgidos de la llamada Nueva Ola del cine taiwanés, que irrumpiera en los años 80 y 90 en un panorama fundamentalmente ligado a géneros cinematográficos populares y comerciales. Sin embargo, hay algo en la obra de Tsai Ming-liang que le singulariza y que, a lo largo de varias décadas y de poco más de una decena de largometrajes y numerosos cortos y trabajos audiovisuales, ha sabido tocar una fibra sensible en el tejido de crítica y cinefilia internacionales: su manejo de un tempo narrativo suspendido en el vacío, sus repentinas incursiones en el camp, su cinefagia exenta de pedantería y sus pequeñas historias de alienación, amor y desamor, al borde de la abstracción, que se manifiestan antes en el silencio casi perpetuo y en el mutismo del plano fijo que a través de diálogos innecesarios o subrayados musicales, dejando que sean cuerpos, miradas y ausencias quienes expresen su necesidad y nostalgia íntimas, han calado profundamente, gracias a la construcción de un universo propio a la vez que universal. 

Stray Dogs (Jiao You. Tsai Ming-liang, 2020)

Es posible que esta cualidad que trasciende lo local y personal en el cine de Tsai Ming-liang provenga de su propia experiencia vital como artista apátrida, que afirma no sentirse perteneciente a ningún país. Nacido en Malasia en 1957 de familia de origen chino, el cineasta pasó sus veinte primeros años en la ciudad de Kuching, estado de Sarawak, antes de emigrar a Taiwán, graduándose en el Departamento de Cine y Teatro de la Universidad Cultural China, y trabajando para los escenarios y la televisión. 

Su llegada a la isla no hubiera podido ser en mejor momento. Aunque todavía tardaría años en quedar establecida en el país, la democracia empezaba a abrirse paso, socavando el férreo sistema militar bajo el que se vivía desde 1949. Poco después de que el realizador empezara a residir en Taipéi, capital del país, tendría lugar, en 1979, el Incidente de Kaoshiung o Incidente de Formosa, una manifestación pro-democracia que llamó la atención del mundo entero. 

Imagen del Incidente de Formosa (1979)

No hay nada casual en que a la par que estos cambios surgiera la Nueva Ola del cine taiwanés, dividida en dos oleadas: una primera durante los años 80, y una segunda en la década siguiente, donde se encuadra la filmografía de Tsai Ming-liang. La introducción de la democracia, la libertad de expresión y una mayor apertura hacia Occidente, sólo podía favorecer la aparición de nuevas generaciones de cineastas, fascinadas por la Nouvelle Vague francesa, con una mirada cargada de sentido crítico hacia la realidad de su país, atrevidas formal e ideológicamente, y preocupadas por el destino del individuo en esta renovada Taiwán, laberinto de identidades, tradiciones y pasiones.

Tsai Ming-liang reinventa con su cine una poética existencial que sigue los pasos de Antonioni, Bresson y el Truffaut más “radical”, donde los toques de camp y apropiación cinéfila funcionan como reflexiones no sólo de los estados de ánimo de sus personajes sino del propio discurso cinematográfico. La recurrente sandía de Vive L´Amour (Ai qing wan sui, 1994) y El sabor de la sandía (Tia bian yi duo yun,2005) es la sexualidad húmeda, la líquida pulpa psíquica de la que están hechos los deseos y pasiones silenciosas de sus protagonistas. Un signo explícito, parafraseando el célebre cuadro de Magritte, de que: “esto no es una sandía”.

El sabor de la sandía (Tian bian yi duo yun. Tsai Ming-liang, 2005)

A lo largo de los 90, el cine de Tsai irrumpe en festivales. Su premiada Trilogía de Taipéi, compuesta por Rebels of the Neon God (Qing shao nian nuo zha, 1992); Vive L´Amour y The River (He liu,1997), le establece como uno de los creadores cinematográficos más destacados del mundo. The Hole (Dong,1998) insiste en su juego con el camp y el musical, deudor de cierta admiración por Jacques Demy tanto como por los sentimentales musicales del cine clásico de Hong Kong con los que creció.

Dragon Inn (Long men kezhan. King Hu, 1967)

Durante la primera mitad de los 2000, siempre con su actor fetiche Lee Kang-sheng, Tsai Ming-liang trabaja imparable, alternando cortos y piezas para televisión con sus largos: What Time Is It There (Ni na bian ji dian, 2001); Goodbye, Dragon Inn (Bu san, 2003), homenaje a Dragon Inn (Long men kezhan, 1967), clásico wuxia del mítico director taiwanés King Hu; la citada El sabor de la sandía, su única película estrenada en el circuito comercial español, secuela de What Time Is It There, que reúne a sus protagonistas en otra deliciosa orgía minimalista homoerótica y camp, y I Don´t Want to Sleep Alone (Hei yan quan, 2006), coproducción con su Malasia natal que reincide en el tema del dolor, físico y emocional, que abordara anteriormente en The River. Después de un paréntesis, Tsai Ming-liang realiza uno de sus sueños húmedos al filmar en París Face (Visage, 2009), guiño a la Nouvelle Vague con actores como  Jean-Pierre Léaud, Jeanne Moreau o Fanny Ardant, junto al imprescindible Lee Kang-sheng. 

Tsai Ming-liang (dcha.) junto a su actor fetiche Lee Kang-sheng (izq.)

En 2013, tras el estreno de Stray Dogs (Jiao you), quizá su película más dura, tanto formal y estilísticamente como argumentalmente, el director anunciaba su intención de dejar de rodar largometrajes, por motivos de salud a la vez que por elección personal. La actual industria cinematográfica no ha dejado habitación propia para películas de peso medio, que no busquen el éxito de masas sino la relevancia del cine como medio de expresión artística. Mientras desaparecen las salas, la creación audiovisual de Tsai Ming-liang, se ha visto destinada progresivamente a las galerías de arte, museos, canales de internet y televisión, alcanzando la gran pantalla ocasionalmente, gracias a certámenes y muestras. La Nueva Ola taiwanesa es ya sólo un recuerdo para cinéfilos. A sus directores estrella, como Hou Hsiao-hsien o el propio Tsai, solo les queda confiar en los festivales y en la bondad de los extraños, habitualmente franceses.

Tsai-Ming-liang... ¿cine para el museo?

Afortunadamente, como casi todas las promesas, la de Tsai Ming-liang fue hecha para romperse. En 2020 el veterano realizador, cuyo nombre figura entre los cien mejores cineastas de la historia, ha vuelto al largo con Days (Rizi), donde retoma la dolorosa peregrinación de Lee Kang-shen en busca de la curación, que se transforma lentamente aquí en una suerte de recapitulación minimalista, homoerótica y casi abstracta de Breve encuentro (Brief Encounter. David Lean, 1945). Days confirma que si se trata de retratar la soledad, el dolor, la alienación (palabra clave) y la imposibilidad de hacer perdurar la empatía y el amor en un tiempo congelado por la cámara pero siempre fuera de campo, Tsai Ming-liang sigue siendo un maestro.

Cartel de Days (Rizi. Tsai Ming-liang, 2020)

A partir del martes 1 de septiembre y a lo largo de todo este mes y el próximo octubre, Filmoteca Española ofrece por primera vez en nuestro país una retrospectiva completa de los largometrajes de Tsai Ming-liang, acompañados por una selección de trabajos para televisión, piezas de no-ficción y cortometrajes inéditos también en España. El ciclo, bajo el epígrafe de Focus Flujos de soledad: Tsai Ming-liang, estará complementado por una serie de actividades paralelas gracias a la colaboración de SMIF, AFIAS (Asociación de Industria del Cine Asiático en España y América Latina), el Ministerio de Cultura de Taiwán y la Oficina Cultural y Económica de Taipéi en España, que incluyen una master class impartida por el propio Tsia Ming-liang online, que tendrá lugar en La Casa Encendida de Madrid (Ronda de Valencia, 2), y la presentación de un nuevo libro sobre el director con textos de Susana Sanz Giménez y Jesús Palacios, en la librería Ocho y medio (Martín de los Heros, 11).


Toda la información sobre SMIF 2020 / Focus Flujos de soledad: Tsai Ming-liang en 👇 


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Programa de septiembre 2020:

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