TODOS A LA CÁRCEL… DIGO AL CAMPING | Jesús Palacios

👉 Estreno: 14 de abril 2023 👈


EN TEMPORADA BAJA. España, 2022. D.: David Marqués. G.: Jon Iriarte, Javier Echániz, Asier Guerricaechevarría, David Marqués. I.: Antonio Resines, Edu Soto, Coque Malla, Fele Martínez, Ana Milán, Eric Francés, Marta Belenguer, Nacho Fresneda.


David Marqués vuelve al ataque. Al de risa, de nervios y de ingeniosa y agridulce disección del adiós al macho ibérico, con mirada cómplice, ácida y despiadada, aunque no carente de cierta ternura que, afortunadamente, jamás deriva en bobería sentimental alguna. Lleva haciéndolo desde sus ya lejanos inicios con Cualquiera (2003), como bien sabemos quienes somos inveterados seguidores de su peculiar carrera. A lo largo de gran parte de la misma, Marqués se ha convertido en cronista poco o nada oficial de varias generaciones perdidas, contando con una troupe de actores casi fijos que encarnan, juntos o por separado, agitados y revueltos, los muchos vicios, pocas virtudes y eternas carencias del ciudadano español más o menos medio, contemporáneo y eterno. Personajes que, como su director y quienes vamos tras sus pasos, envejecen y evolucionan (es un decir) para descubrir, como en la vida misma, que uno nunca cambia: tan solo empeora.

 

La citada Cualquiera, Aislados (2005), Desechos (2010, ver entrada en este blog: Deshaciendo cine), En fuera de juego (2011), El club del paro (2021, https://www.fotogramas.es/peliculas-criticas/a37619846/el-club-del-paro-critica-pelicula/) y ahora En temporada baja (2022), conforman un genuino “Universo Marqués” en las antípodas de los héroes no de los universos Marvel o D. C., sino de ese cine español de fantasía social post-15 M, empoderamiento ficticio y muy real empobrecimiento narrativo y cinematográfico. Frente al idealismo forzado y esforzado —puro escapismo buenista disfrazado de cuento de hadas progresista—, propio de la nueva casta de cineastas y cineastos, tan preocupados/as/es por la España vaciada, las madres coraje, el poliamor, los melocotones, las abejas y las cerditas, Marqués renueva con lúcida mirada contemporánea pero atemporal, la disección del ethos español más mezquino y arraigado, sin contemplaciones ni miramientos. 

 

David Marqués, mago del humor

Heredero voluntario de Berlanga, Azcona, Mihura, Gila, Fernán Gómez, Summers, Forges y, por supuesto, de Vázquez y el Ibáñez de La 13 Rue del Percebe, sin caer en la imitación, la emulación o la nostalgia, destapa bajo nuestra pretendida capa de modernidad, nuestros debates sobre el sexo fluido y de los ángeles, los derechos de los animales, el calentamiento global o el feminismo posthumano, la cloaca nuestra de cada día en las noticias matinales: el “Tito Berni”, los presidentes de partido que toman el sol en yates de traficantes de coca, el vientre de alquiler de la Obregón, la separación de Risto Mejide, los ERE andaluces, los políticos con doctorados por el morro, el tráfico de mascarillas para la Covid, las adjudicaciones de obras municipales en familia (o Familia), las ministras esposas de ministros y demás episodios nacionales que de arriba abajo y de abajo arriba nos muestran y demuestran que por mucho siglo XXI, por mucho nuevo milenio que nos cuenten, Spain sigue siendo different… pero mismamente también, la misma de siempre.



Por En temporada baja deambulan y entrecruzan sus caminos, que no van a dar al mar, sino a un camping cutrón a la orilla del mismo, un conjunto de personajes algo más inofensivos que los descritos más arriba, pero que a su manera, sin ser nunca menos que la suma de sus partes, representan como aquellos y de forma bien fehaciente una inmortal España de fracasados, pícaros, revanchistas, vagos y maleantes, que no carecen sin embargo de humanidad o hasta de ciertas cualidades redentoras, capaces de conquistar a ratos nuestros corazones aunque, por supuesto y por fortuna, no les sirvan para nada. Porque Marqués, a diferencia de otros menos atrevidos, es felizmente consecuente hasta el final con su satírica elegía cinematográfica para unos perdedores que, si alguna vez ganaran, dejarían de serlo... y por tanto de importarnos.

 


El torpe policía abandonado a cargo temporalmente de sus dos hijos, que borda un peripatético Edu Soto; el ex-representante deportivo fracasado, caradura y divorciado que encarna un Resines rozando la excelencia en la bajeza; el listillo progre, gafapasta y tan políticamente correcto como mezquino periodista en paro que interpreta Coque Malla; el rentista más vago que la manta de un preso en el que se mete con toda facilidad Fele Martínez, a quienes se suman también el encargado del camping, inefable siempre Eric Francés, o un futbolista retirado, a cargo de Nacho Fresneda, componen un descarado cuadro picaresco de la descomposición progresiva de una España carpetovetónica de hombres-Osborne que, por más que parezca disolverse en la nueva sensibilidad millennial no acaba por desaparecer, ni desaparecerá jamás.



Y es que, además, tampoco queremos que desaparezca del todo. Al menos, no para ser sustituida por esas mujeres fuertes —punto moral de la fábula—, que tan bien parecen entender el mundo moderno y controlar sus sentimientos, de esas profesoras de colegio rectas y correctas, esas madres de familia responsables y trabajadoras o, peor todavía, de esos amantes argentinos sensibles, comprensivos, conquistadores y automáticamente sociables. Que dan miedo porque parecen ultracuerpos sin vicios ni defectos, cuando lo que da sal a la vida es, precisamente, el desastre desastrado, la imperfección, el fracaso, sea bien o mal intencionado, a los que Marqués sabe exprimir a fondo toda su poética tragicómica pero cercana, desvergonzada y hasta entrañable del tipo cualquiera, de los desechos humanos de tasca y bar, de los seres racionales que toman raciones en los bares, los que se quedan aislados aunque anden juntos y mal avenidos, de los parados de larga duración y los fuera de juego.

 


En temporada baja, con su camping que más que Patio de Monipodio es Calle del Percebe al aire fresco, con su comunal, larga y cálida meada matinal de fracasados, amartilla un clavo más en el ataúd de la virilidad en crisis del macho ibérico del nuevo milenio, con un pie bien puesto en la agridulce tradición de la picaresca nacional, contando con un grupo de actores más auténticos que la vida misma y un cada vez más complejo y sofisticado sentido de la narración coral, que sin perder nunca la coherencia con sus comedias anteriores, va construyendo toda una suerte de Comedia Humana netamente hispana, siempre en constante crecimiento.

 

Otro fresco implacablemente divertido, con ritmo mesurado salpicado de humor negrorrealista y esperpento minimalista perfectamente calculados y efectivos, de un excelso grupo, poco o nada salvaje, de crepusculares perdedores a cual más cabrón, mezquino y frustrado, verdadera semblanza del carácter ibérico nacional. Pero, oiga: con cariño y sin “acritú”, que En temporada baja podemos estar todos… y lo estaremos.

 


Jesús Palacios 😈

https://www.youtube.com/watch?v=TCzuBJCIJF0

https://beginagainfilms.es/en-temporada-baja/






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