EL DIABLO... PROBABLEMENTE | Jesús Palacios
Ojo: spoilers.
Deseo
peligroso (Urge).
USA, 2016. 89 m. C. D.: Aaron Kaufman. G.: Guy Busick, Aaron Kaufman, Jerry Stahl, Jason Zumwalt. I.: Pierce
Brosnan, Justin Chatwin, Danny Masterson, Ashley Greene, Nick Thune, Alexis
Knapp.
Deseo
peligroso es
la historia de un fin de semana loco que… Bueno, acaba siendo un poco demasiado
loco. Tres parejas de yuppies
son invitadas por uno de ellos, el despiadado y egocéntrico, amén de un tanto
infantil, Neil (Danny Masterson) a un fin de semana salvaje en una isla
vacacional. La primera noche, visitan un lujoso y exclusivo club, The Volcano, y se encuentran con un lugar
repleto de gente haciendo el amor entre las sombras, música de baile a volumen
brutal, personajes extraños y una atmósfera sensual, perversa y decadente
permeándolo todo.
Buscando
al camello para conseguir alguna droga, Jason (Justin Chatwin), un cínico
artista Pop al estilo de Banksy, es llevado a presencia de “El Hombre”, The Man: un increíblemente perturbador,
encantador y amenazante Pierce Brosnan, en compañía de algunos personajes no
menos extraños y escalofriantes, todos con un pulpo tatuado (el pulpo es el animal totémico que preside
ominosamente todo el club).
Después
del extraño encuentro, Jason ya tiene lo que buscaba: un novedoso tipo de
súper-droga llamada urge cargada con
la promesa de un universo de éxtasis, diversión y sensaciones. Pero con una
simple y única condición para su consumo: sólo puedes tomar una dosis... para
siempre. El grupo de amigos esnifa
alegremente la sustancia azul y disfruta de una loca noche de amor, liberación
y baile, menos Jason que no siente absolutamente nada. Por supuesto,
al día siguiente, todo el mundo quiere volver a The Volcano y tomar más y más magia azul... Al final de la segunda
noche, todos terminan en la elegante casa de Neil. Y quiero decir todos: la gente
de la discoteca y montones de turistas y visitantes de la isla, puestos de urge hasta las cejas.
Y es entonces cuando las cosas empiezan a salirse de madre volviéndose más y más
demenciales, oscuras y extrañas. El urge saca a la luz los instintos,
los secretos, las perversiones y la violencia reprimidos: el amor se convierte
en odio, el sexo en asesinato y la locura se expande por la isla, afectando
a todos...
Excepto
al asombrado y aterrorizado Jason, quien, con la única superviviente de entre
sus amigos ―al menos en apariencia―, Joey (Alexis Knapp), intenta llegar
desesperadamente al ferry de la mañana para volver a salvo a la gran ciudad. Un
ferry bautizado Meggido (¿recordáis La profecía?), donde “El Hombre” espera
para revelarse y revelar también su mensaje al incrédulo y aterrorizado Jason.
Deseo peligroso,
dirigida con pulso y estilo por Aaron Kaufman y coescrita por Guy Busick (Noche de bodas, 2019) y Jerry Stahl
(viejo socio del delirante Stephen Sayadian), comienza como una suerte de thriller
psicológico, pero rápidamente deriva hacia el puro terror con oscuro aroma
sobrenatural, convirtiéndose en una morality play
plagada de sorpresas e interesantes detalles y símbolos esotéricos.
El
reparto es excelente y la fotografía espectacularmente sensual. El club ofrece
extrañas actuaciones eróticas y exóticas, con la bailarina Xiomara (Kea Ho) como
atracción principal y el grotesco Red Bastard (Eric Davis) como una especia de
monstruoso maestro de ceremonias a lo Joel Grey.
A uno no le extrañaría en absoluto
descubrir a Andy Warhol, Truman Capote o Michael Alig entre los invitados a la
fiesta (aunque probablemente estuvieran en el inner sanctum con “El Hombre” y sus
íntimos, por supuesto).
Cuando
la violencia y el horror irrumpen en escena poseen un oscuro y distintivo humor sardónico
y el gore es breve pero tan intenso
como efectivo.
Por encima de todo y
de todos destaca la presencia carismática y mefistofélica de Pierce Brosnan,
probablemente... Bueno, ya sabéis quién.
No
hagáis caso a las bajas puntuaciones en IMDB o Filmaffinity, que siguen funcionando
sobre todo a la inversa, ni a los críticos que afirman que ningún personaje de
la película te cae lo suficientemente bien como para despertar tus simpatías
(¡el personaje de Pierce Brosnan es muy, pero que muy simpático... por lo menos
para mí!). Esta es una estupenda fábula
moral fáustica sobre la adicción, la avaricia, la lujuria y el fin del mundo,
llena de humor negro, suspense y con un (quizá no demasiado) sorprendente y
feroz clímax apocalíptico (hay también una escena pos-créditos que merece
la pena). Los mejores filmes de terror del milenio siguen estando donde menos te los esperas, lejos de los elevados engendros que,
como ascensores al cadalso, sólo conducen al aburrimiento y la pretenciosidad.
Jesús Palacios 😈
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