"Beyond the Black Rainbow" (2010) | Jesús Palacios

Beyond the Black Rainbow (2010) es el primer filme de Panos Cosmatos, el autor de la reciente Mandy, y como ésta, todo un festival de referencias al género fantástico y, esta vez, de ciencia ficción, por un lado, y por otro, una lección de cine visionario, elegante, atmosférico y surreal, especialmente agradecida en estos días de películas monocromas y simplonas. En cierto modo, como bien me dijera Mar Corrales a quien debo su descubrimiento, y sin descrédito de la épica psicodélica de Mandy, se trata de un filme superior, por cuanto su estética y narrativa son más arriesgadas, experimentales y extremas, pero al igual que su segunda obra, estamos ante un delicioso ejercicio de estilo hipermodernista que rinde homenaje al cine de los años 70 y primeros 80: Cronenberg ―especialmente sus experimentales mediometrajes en blanco y negro pero también, claro, Cromosoma 3 y Scanners―. George Lucas ―THX 1138―, Saul Bass ―Phase IV―, Stanley Kubrick ―2001, La naranja mecánica, El resplandor―, Jeff Lieberman ―Blue Sunshine―, Douglas Trumbull ―Naves silenciosas―, Ken Russell ―Viaje alucinante al fondo de la mente―, Michael Crichton ―Coma―, Michael Mann ―El torreón, Hunter― y un largo etcétera de referentes tanto conscientes como inconscientes, que incluyen los cómics de Métal Hurlant, la música electrónica, el giallo, Clive Barker, John Carpenter... Sin embargo, el acierto de Cosmatos es confiar todo el impacto de la película a una narrativa casi abstracta, sin diálogos ni explicaciones innecesarias, eminentemente audiovisual y de montaje, que adquiere una atmósfera de extrañamiento onírico, surreal y ominoso, emparentada con los Nuevos Cines de los años 60 y 70, el cine fantástico canadiense (aparte de Cronenberg, el Natali de Cube) y con la literatura de ciencia ficción New Thing, y a la que contribuye también no poco la inquietante presencia fílmica de su protagonista masculino Michael Rogers. Desde el punto de vista de las ideas, Beyond the Black Rainbow comparte también con Mandy la desconfianza por las sectas, las filosofías espirituales tipo New Age y la pretensión mesiánica de sus villanos. Guste más o menos, parece claro que Panos Cosmatos es un autor, con un mundo propio y una visión singular, aunque, al mismo tiempo, no deje de practicar una mirada retro y nostálgica a la teoría y praxis del género fantástico, de horror y ciencia ficción de un pasado reciente que, por desgracia, pareciera ya perteneciente a una era olvidada por el tiempo. Una verdadera experiencia sensorial y sensual, rodada en 35 mm. y de estética arrolladora 😈