UN ALMUERZO DE FURIA | Jesús Palacios

Libros 📚

ALMUERZO EN EL CAFÉ GOTHAM. Stephen King. Ilustraciones de Javier Olivares. Nórdica Ilustrados. Madrid, 2022. 92 págs.

 

Casi siempre es un placer leer a Stephen King en corto. Gran parte de las virtudes del ya más que veterano rey del terror “moderno” se han diluido en sus novelas excesivamente infladas, tanto de páginas como de pretensiones, no siempre conseguidas. Rara vez (aunque hay excepciones, por supuesto) se da el lujo King de mostrar en sus obras más extensas la crueldad, oscuridad, humor negro y cualidades satíricas que caracterizan buena parte de sus mejores logros, entreveradas, por supuesto, con su narrativa épica americana y personajes morales característicos.

 

Sin embargo, en el formato breve, ocurre todo lo contrario. Siguiendo en buena medida la tradición de sus maestros (y los nuestros como lectores), genios del cuento corto e impactante como Matheson, Bloch, Leiber, Bradbury, Frederic Brown o John Collier, los relatos de King son ágiles, incisivos, capaces de crear un clima de suspense sostenido en pocas páginas, resolviéndolo con precisión y contundencia, además de permitiéndose el lujo de finales trágicos, irónicos, ambiguos o pesimistas, habitualmente ausentes en sus novelas más populares (de nuevo, con las excepciones de rigor que confirman la regla).

 

 

Todas estas virtudes están presentes en “Almuerzo en el Café Gotham”, un relato aparecido por vez primera en la antología Dark Love, editada (literariamente) en 1995 por Nancy A. Collins, Edward E. Kramer y Martin H. Greenberg; después en la colección Six Stories (1997), en edición limitada, y finalmente en la selección de relatos de King Todo es eventual (2002), donde la portada habitual alude, precisamente, al cuento en cuestión. Ahora, Nórdica libros lo ha considerado digno de una edición independiente, acompañado por las siempre estupendas ilustraciones de Javier Olivares.

 

Para nuestros seguidores no será ninguna sorpresa que consideremos a Olivares uno de los artistas gráficos, ilustradores y dibujantes españoles más originales, consumados y personales del panorama actual (Ver artículo Mundos en guerra). Aquí, su característico estilo anguloso, caricaturesco, expresivo y expresionista se adapta con peculiar fortuna a una historia de histeria urbana que deviene tragicómica, truculenta y pesimista, de forma igualmente caricaturesca y expresionista.

 

 

La peripecia de un hombre recientemente abandonado por su esposa, de la que sigue o cree seguir enamorado, quien deja el tabaco al tiempo y a la vez de verse soltero forzoso, justo antes de enfrentarse a una reunión indeseada con su ex mujer y el abogado de esta, en el teóricamente confortable espacio del Café Gotham (que, por si alguien lo duda, existe realmente y se encuentra muy apropiadamente en la zona de Hell´s Kitchen, en el 1298 de la 2ª Avenida de Nueva York), deviene aventura dantesca, auténtica pesadilla urbana, cuando un desquiciado maître psicótico desata en el lujoso café un infierno a cuchillada limpia. Ha querido el destino —o más bien el perverso King—, que un mal día para el protagonista sea también el día de furia de un jefe de mesa con los nervios destrozados por ladridos de perros diabólicos (quizá los mismos que hablaban con David Berkowitz), clientes desagradables, noches en vela, y, en definitiva, una vida que se adivina agobiante y agobiada por la implacable e inhumana metrópoli de cemento y cristal.

 

Esta grotesca tragicomedia se ve subrayada, como avisa el propio King desde su breve prólogo, por el hecho de que más terrorífica aún que la amenaza del psychomaître, de nombre Guy, resulta la incapacidad de la pareja rota para empatizar, apoyarse mutuamente o menos aún resolver sus diferencias, por más que sus vidas estén en peligro. Aunque ambos, marido abandonado y esposa hastiada, muestran comportamientos lamentables, no hay duda de que King (antes del Milenio Feminista), deja a la ex mujer cargar con la peor parte, con algún momento de resentimiento asesino que nos privamos de comentar para no desvelar detalle alguno del desarrollo de la trama.

 

Olivares, por su parte, convierte la figura del mesero histérico en auténtico protagonista, elegante perturbado de bigote estilizado y torcida pajarita, digno de algún convulso cartoon de los Looney Tunes o la UPA. En gesto inteligente, que aporta profundidad al texto adelantándose a él, las páginas 20 y 21 —una ilustración a doble página—, nos muestran la noche toledana del patético maître, casi en paralelo a la del narrador (pág. 19), con quien todavía no ha tenido lugar su fatídico encuentro. En definitiva, las ilustraciones de Olivares, que van ganando en violencia y crispación al tiempo y a la vez que avanza la violencia y crispación del cuento, con tonos de splattstick desatado, enriquecen la prosa de King sin inmiscuirse en ella, como debe hacer todo ilustrador experto.

 

Preferimos, sin duda alguna, esta versión ilustrada de “Almuerzo en el Café Gotham” al, por otro lado, simpático cortometraje basado en el mismo cuento: Gotham Cafe (Jack Edwards Sawyers, 2005), protagonizado por Chaney Kley y Julie Sands, con cameos del propio Stephen King y sus amigos Mick Garris y Steve Wozniak, pero donde pese a su estupenda actuación como el demente camarero, Cullen Douglas no puede estar nunca, por supuesto, a la altura del chalado, iracundo, enloquecido, espasmódico y retorcido Guy surgido del lápiz de Javier Olivares.

 

Con su estilo único e inconfundible, anguloso, trunco, esquinado, cubo-expresionista e irónico, con una gama de colores tan pálidos y depresivos como la realidad de los personajes mismos del relato, Olivares ha conseguido reflejar perfectamente la pesadilla urbana de King, cuya conclusión no es otra salvo recordarnos que cualquiera de nosotros puede, como el pobre Guy, tener “un mal día”. Un día de furia, cuando los perros de Tíndalos nos ladren al oído que la única solución a tanta miseria, tanto ruido, tanto odio y cinismo no es otra que abrirnos paso a puñaladas, hasta nuestra propia y cómoda celda acolchada.

 Jesús Palacios 😈